Mi GF en un tren

Hola, mi preciosa novia tuvo un encuentro en un tren.
Era verano y estaba esperando a coger el tren para volver a casa del trabajo. Llevaba un vestido fino de algodón y no llevaba ropa interior porque hacía demasiado calor.
Los hombres seguían rozándola y sintió que se le endurecían los pezones cuando dejó de intentar evitar el contacto y lo disfrutó.
Cuando por fin subió al tren, se sentó y su vestido, muy corto, se le subió hasta casi mostrarle el coño.
Un hombre se sentó a su lado, llevaba un mono sucio y ella podía oler su sudor, él no dejaba de mirar sus piernas que ella seguía abriendo ligeramente para mostrar su raja ahora muy húmeda.
Tenía una chaqueta sobre el regazo y ella pudo ver que tenía un gran bulto en los pantalones.
Ella deslizó la mano por debajo de la chaqueta y agarró su durísima polla. Él puso su mano sobre la de ella y se desabrochó el mono.
Ella podía sentir su gran polla y frotó su dedo en la pre venida en el extremo. Un anciano se paró junto a ellos en el pasillo y mi novia lo miró y le preguntó si quería su asiento, sí gracias, respondió con una sonrisa.
El hombre sentado con la polla fuera bajo la chaqueta parecía sorprendido. Mi novia se levantó y se acercó al pasillo, con un vestidito que apenas le cubría las nalgas.
El anciano se sentó. ¿Puedo sentarme aquí? ¡Y señaló al hombre en el regazo de mono, sí, dijo, como ella se sentó rozó su chaqueta y se sentó directamente en su polla muy dura, podía sentirlo ir directamente dentro de ella y ella se retorció como una colegiala traviesa!
A medida que el tren avanzaba y giraba, ella notaba cómo su polla se ponía cada vez más dura. Apretó las nalgas y sintió su esperma caliente en su vientre.
El tren estaba llegando a su parada y ella se levantó para bajarse, mientras lo hacía podía sentir su semen corriendo por sus piernas. Soltó una risita mientras bajaba por el andén y salía a la calle, uno para mí, se dijo.