Una imagen vale más que mil palabras

Visito la página web de una de mis amigas, donde tiene un montón de fotos suyas posando en bañador sexy (aunque no hay fotos de desnudos). Me la imagino desnuda y me acaricio de arriba abajo. Con un poco más de imaginación, fantaseo con ella arrodillada delante de mí, lista para recibir una enorme carga de semen en la cara y el pelo. Me corro (por ella) en un santiamén.